Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este hallazgo revolucionario es preciso carecer de escrúpulos, y Ledgard no los tiene. Pero, además, necesita una cobaya humana y un cómplice. Marilia, la mujer que lo cuidó desde niño, es de una fidelidad perruna: nunca le fallará. El problema será encontrar la cobaya humana.
“Hermosa” es la palabra que primero me vino a la mente para describir esta película, y es que La Piel atrapa al instante, te llena de preguntas que demandan respuestas y no puedes dejar de ver hasta encontrarlas. Caes en una telaraña sin darte cuenta y cuando abres los ojos ya te tiene envuelto. Yo, literalmente, no me entere cuando pasó la película. La historia está basada en la novela “Mygale” de Thierry Jonquet, no puedo hablar de adaptación ya que no he tenido la oportunidad de leerla, pero en la pantalla la historia es extremadamente cuidada y te mete de lleno en amores, venganzas y locuras. La música es otro elemento que destaca en la cinta, es como un actor más, el mejor del mundo, omnipresente para darle el empujón necesario cuando algún otro falla, porque no todo es perfecto y las actuaciones a veces se sienten un poco reprimidas en La Piel que Habito. No malas, sólo reprimidas.
Mis fuerzas no alcanzarían para recomendarles esta película. No pierdan la oportunidad de verla.
7.7/10 es su puntaje en la IMDB.
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